buen veterinaria
Recientemente, tuve la oportunidad de dar una pequeña charla en el
IVEE en Toledo. Se habló mucho de la comunicación en la clínica, tema
fundamental en la veterinaria moderna, y se utilizó un concepto que a mí
me llamó la atención: el concepto del “buen veterinario” y “buen
profesional”.
Esto nos lleva a reflexionar sobre qué significa
verdaderamente ser un “buen veterinario”. Todos queremos serlo desde que
nos licenciamos, pero no sabemos cuál es el estándar. ¿Ser un buen
veterinario es ser capaz de reparar un ligamento cruzado? ¿O lo es
realizar ecocardiografías correctamente? ¿O qué?
Antes de
responder a esta pregunta, pasemos a reflexionar un poco más sobre lo
que empuja a un veterinario que, según mi opinión, tiene el mejor
trabajo del mundo, a convertirse en un empresario. ¿Por qué digo que es
el mejor trabajo del mundo?. Bien sencillo: en el mismo momento en el
que no estoy pasando un buen día, puede que todo cambie porque entren
por la puerta media docena de cachorros a vacunar. En ese momento, paso a
cobrar por jugar con cachorros. ¿Existe algo más divertido?
Decididamente, ese trabajo es mejor que el de una línea de producción
durante ocho horas diarias, repitiendo la misma acción.
Sin
embargo, como veterinarios, nos empeñamos en hacer nuestro trabajo cada
vez más difícil. Un veterinario que conocí recientemente contaba que la
veterinaria de pequeños animales es la única profesión en la que nos
pasamos el día trabajando para ganar más dinero y comprar máquinas que
nos hacen trabajar cada vez más...
¿Qué tipo de profesional soy?
Los
veterinarios nos montamos nuestra clínica con mucho esfuerzo y buena
voluntad; en muchas ocasiones con la idea de mejorar como profesionales
puesto que no encontramos un puesto que nos de la oportunidad de crecer
profesional y financieramente. Después, deberíamos invertir en productos
bancarios, y digo deberíamos porque lo normal es que invirtamos en
ladrillo (o incluso antes, ya que compramos el local de la clínica en
lugar de alquilarlo), que sería la etapa 3 de esa “aventura” que es
montar tu propia clínica. Finalmente, nuestras inversiones bancarias y
en ladrillo, así como el valor de la clínica, deben ser nuestra
pensión... Pero, ¿cuántas clínicas conocemos que realmente valgan algo
cuando el veterinario fundador se retira? ¿Cuántas clínicas permiten a
los veterinarios retirarse antes de la edad de jubilación?
¿Por
qué pasa esto? ¿Por qué las clínicas veterinarias no valen lo que cuesta
ponerlas a flote? En la siguiente tabla se muestra cómo tu visión
empresarial y tu preparación técnica dictarán que tipo de veterinario
eres.
- | Preparación técnica alta | Preparación técnica baja |
Preparación empresarial alta | A | B |
Preparación empresarial baja | C | D |
Según esta tabla, los profesionales pueden definirse en las cuatro áreas:
D: Obrero.
Son aquellos veterinarios que acaban de terminar la carrera, tienen un
montón de ilusión y ganas de trabajar. Además, por culpa de nuestra
formación, adolecen de ninguna visión empresarial o de valoración de sus
propios servicios.
C: Genio. Son los
veterinarios que, tras años formándose, tienen una gran excelencia
técnica, pero no valoran su trabajo de forma adecuada. Su lugar quizás
sea en sitios donde la viabilidad económica no sea fundamental
(universidades, ONG...).
B: Comercial. Son los
veterinarios capaces de vender bien lo poco que saben. Tienen muy claro
la necesidad de la viabilidad económica y conocen sus limitaciones.
Muchos se dedican a trabajar para proveedores o tienen clínicas en las
que se hace especial hincapié en la atención al cliente.
A: Práctica profesional integral.
Son aquellos veterinarios que no solo se forman técnicamente, sino que
además reconocen la necesidad de tener un negocio viable. Por ello, en
sus clínicas la atención al cliente es fundamental, sin olvidar las
habilidades técnicas.
Una vez que sabemos qué tipo de
veterinario somos, continuamos intentando buscar al “buen veterinario”.
Podemos decir que un buen veterinario es un buen profesional. Por tanto,
las características de un buen profesional se aplican al buen
veterinario. Un buen profesional tiene que ser cercano y mostrar
capacidad de empatía. Debe ser atento y educado. Debe ser un buen
comunicador y con ello ofrecer seguridad. Todos estos valores y todos
los que queráis añadir se aplicarán a un buen veterinario, pero también a
un buen médico, dentista o contable. Seguimos sin estar cerca de saber
qué es un buen veterinario.
¿Quién juzga la “bondad” del veterinario?
Para
saber que es un buen veterinario, debemos saber quien lo está juzgando.
Y en esta profesión hay mucha gente que lo hace. En concreto, cuatro
grupos diferenciados de personas:
Otros veterinarios.
La nuestra es una profesión con una gran presión entre colegas. Un
exceso de centros veterinarios lleva a situaciones en las que se olvida
que todos somos humanos y se critica el trabajo realizado por un colega.
En definitiva, frente a otros veterinarios se busca la resolución
clínica, y para eso nos hemos de formar técnicamente.
Tus clientes.
Son los que nos traen los pacientes. Buscan que estos mejoren y que se
haga a un precio justo. En una sociedad en la que la información está
ahí fuera, es muy importante una comunicación fluida y bidireccional con
nuestros clientes. No solo les contamos lo que vamos haciendo, sino que
escuchamos sus necesidades.
Debemos satisfacer a nuestros clientes y
para eso debemos cumplir “todas” sus expectativas. No solo curar al
animal, sino hacerlo por un precio justo en un tiempo adecuado y
manteniendo al dueño involucrado en el proceso de decisión. La
experiencia “ir al veterinario” debe cumplir con todo lo que se espera
de nosotros.
Tu jefe. Su responsabilidad es la
de pagarnos un sueldo justo, pero la nuestra es la de producir de
acuerdo al mismo. Como empleados no solo cobramos por estar en el
trabajo, sino por producir. Por tanto, si realizamos tres radiografías,
es justo que cobremos tres radiografías, ya que si no, estamos restando
valor a los años de formación, experiencia... que nos ha llevado a ser
capaces de realizarlas de forma efectiva y eficiente.
Las empresas
deben dar beneficios y para ello es fundamental el cobro de los
servicios o, lo que es lo mismo, una resolución económica.
Tú mismo.
El trabajo es algo que no solo realizamos por un sueldo, sino que debe
ayudar al desarrollo como persona. No existe nada más frustrante que no
trabajar, ya que podemos sentir que dejamos de ser útiles para la
sociedad y entrar en un proceso depresivo. Además, el trabajo que
realicemos debe ser de acuerdo a nuestros valores éticos: no podemos ser
pacifistas y trabajar en una fábrica de armas, porque nuestro trabajo
va en contra de lo que defendemos y en lo que creemos.
El trabajo
ideal es aquel que harías gratis o aunque te hubieran tocado el
Euromillón. Debemos de tener una sensación de éxito y realización
personal.
Todavía no puedo creer que no sé por dónde empezar, me llamo Juan, tengo 36 años, me diagnosticaron herpes genital, perdí toda esperanza en la vida, pero como cualquier otro seguí buscando un curar incluso en Internet y ahí es donde conocí al Dr. Ogala. No podía creerlo al principio, pero también mi conmoción después de la administración de sus medicamentos a base de hierbas. Estoy tan feliz de decir que ahora estoy curado. Necesito compartir este milagro. experiencia, así que les digo a todos los demás con enfermedades de herpes genital, por favor, para una vida mejor y un mejor entorno, póngase en contacto con el Dr. Ogala por correo electrónico: ogalasolutiontemple@gmail.com, también puede llamar o WhatsApp +2348052394128
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